Cuando niño tuve la enorme fortuna de vivir varios años en casa de mis abuelos maternos [y esto fue] en un pueblo llamado Tinum que está localizado cerca de Chichen Itzá. En este pueblo en aquella época eran mal visto que los mayas hablaran español así que mis abuelos se comunicaban con los trabajadores, con los carreteros, con los carniceros, las domésticas en lengua maya. Además, mi hermano menor y yo tuvimos una nana maya. Así que yo aprendí las dos lenguas de manera simultánea. De allá, [surgió mi] interés en estudios lingüísticos y antropológicos, los cuales comencé en Mérida, en la capital cuando estuve estudiando la carrera de filología maya. Ahora bien con este interés de realizar estudios filológicos, coloniales y prehispanicos, estaba yo muy consciente del hecho de que tenía que tomar cursos de lingüística de antropología, de grafémica y semiótica, además, por supuesto, de jeroglíficos mayas. Esto no podría yo hacerlo en la Universidad de Yucatán y dificilmente, solamente en parte, en el Distrito Federal [la ciudad de México]. Entonces la decisión fue realizar estuios de posgrado en el extranjero.
La traducci├│n
En esta época cuando tocaba el timbre y salíamos de recreo, lo que aprendía de los niños dentro de esta lengua indígena eran obviamente palabrotas. Esas expresiones que no se olvidan, me sirvieron muchísimo. Cuando Ralph L. Roys estaba terminando la traducción de su edición de EL RITUAL DE LOS BACABES, me solicitó hacerle la traducción de un texto de hechicería moderna. Lo leí y noté que no pudo transcribir muchas partes de este manuscrito. Él reconocía algunas [de las] palabras que parecían estar escritas en maya yucateco, [pero] la gran cantidad de expresiones [del texto] para él era inteligible. Le hacían pensar que el texto había sido escrito en una mezcla de lenguas mayas. Al leer el texto, de inmediato noté aquellas palabrotas que yo había aprendido en la escuela [primaria]. En [este] contexto sucedió algo muy interesante. En el contexto ritual maya prehispanico, como se refleja en este texto muy temprano de la colonia, el sacerdote maya invoca con mucha claridad, con mucho respecto y mucha solemnidad, a las deidades que han causado la enfermedad en un paciente maya. Pero en un momento el sacerdote semihumano, en parte sobre-natural, se acerca cada vez más a la deidad hasta el momento en que la sostiene, la captura, la apuñala, la destriza, la parte en cuatro secciones que va enviar cada uno de los puntos cardinales. Para demostrar su poder sobre esta deidad, delante del paciente, lo insulta. Entonces es una manera de decir que el sacerdote médico es mucho más fuerte, más poderoso que aquella deidad maligna, que se había posesionado del cuerpo del paciente. Ahora, estas palabras no están en ningún diccionario. [Como puedes ver], entonces, todas esas experiencias me han servido y las he ido alimentando constantemente para aplicarlas a estas áreas de estudio.
La lingüística
Mis trabajos sobre lingüística maya comienzan en la Universidad de Colonia. Era donde empecé a partir de la gramática generativa que era la teoría en boga en aquel tiempo y pude notar que los materiales de esta lengua indoamericana no podían describirse adecuadamente con el instrumental teórico y metódologico de la época. De allá comencé a tomar otro enfoque para tratar estos materiales desde un punto de vista mucho más profundo de lo que entonces se llamaba la estructura profunda de la lengua. [Comencé a] trabajar de una manera logicosemántica y de allá [pude] yo explicar científicamente los fenómenos lingüísticos que se daban por medio de operadores lógicos. Este campo de investigación lo he continuado en gran parte también en México. Los resultados acaban de salir a la luz en una publicación sobre vitalidad influencia de las lenguas indígenas en Latinoamérica.
La literatura
Estos estudios sobre literatura maya colonial comenzaron, prácticamente, desde el momento en que me incorporé a la Universidad Autónoma de México por invitación de mis colegas en la facultad para dar la clase de literatura maya colonial. En primer lugar fué la edición computarizada de EL RITUAL DE LOS BACABES, lo que nos proporcionó la enorme oportunidad de adentrarnos al estudio esotérico, porque todos estos textos están altamente codificados y expresados en una manera literaria muy bella. Lo primero que tuvimos que hacer fue definir: ¿que cosa es literatura maya? Luego, si es tal cosa, ¿como se caracteriza? Empezamos a encontrar una buena cantidad de metáforas, de metataxas y metaplasmos y un enorme caudal de recursos literarios empleados en la estructura inminente de la literatura de este grupo mesoamericano.
La filología
La filología maya colonial está íntimamente ligada a la prehispánica. Es decir, que contamos con una secuencia de una tradición cultural que los mayas ya tenían desde la época prehispanica y que fue continuándose paulatinamente en los primeros [momentos] del contacto con los europeos aunque se les prohibió escribir con sus propios carácteres, en sus libros, debido a la desafortunada intervención del obispo Landa. Los mayas, sin embargo, de manera oculta seguían parte copiando estos libritos, pero, poco a poco fue desapareciendo esta tradición con los hechos mismos. Sin embargo, al ser obligados a escribir todo lo que ellos querían de su propia cultura y por supuesto [de su] religión, tenían que hacerlo con carácteres latinos y tenemos allá no solamente de esta época los famosos chilames, como Chilam Balam de Chumayel, el Chilam Balam de Tizimín, el Chilam Balam de Kaua, etcétera. Tenemos, los investigadores, la fortuna de contar con un escrito esotérico de conjuros mayas en donde se nos dice explícitamente que este tipo de escritura, es decir latina, es una transliteración de un códice jeroglífico maya. Y como hay traducciones intralengüisticas, es decir hay frases que son inentendibles para el maya común, inclusive el maya hablante del Siglo XVI o del Siglo XVII, no podía entender este texto sino era el iniciado. Entonces en un momento dado el copista [el escribano] nos ofrece estas expresiones esotéricas y de inmediato nos da en un lenguaje más coloquial, mas intelegible para el simple hablante y nos proporciona de esta manera su equivalencia. Y claro al hacer este tipo de traducción intralingüística nos está abriendo muchas puertas para la comprensión de los glifos y de las expresiones gráficas de los mayas en su propia escritura.